La Universidad Complutense de
Madrid, el Hospital Universitario 12 d Octubre (Madrid), el Instituto de
Investigación Biomédica (Málaga) y la Universidad San Ignacio de Loyola (Perú)
han realizado recientemente unos estudios sobre la adicción al móvil. En estos
estudios han obtenido resultados verdaderamente preocupantes. Por ejemplo, en
estas investigaciones han obtenido que el 5% de los españoles sufre adicción al
móvil y que casi el 16% hace un uso del móvil inadecuado que puede derivar en
un riesgo de padecer complicaciones respecto a este hábito.
¿Tiene nombre esta adicción del
siglo XXI? La nomofobia es el miedo a estar sin teléfono móvil, es un miedo
irracional que acarrea muchas consecuencias negativas en la vida de las
personas que lo sufren. Actualmente, aunque no de manera oficial, se ha
incluido dentro del listado de adicciones junto a la adicción del juego o de
las drogas y junto a otras tecnologías como los ordenadores o las adicciones a
las compras.
Este trastorno no sólo hace
alusión a cuando salimos de casa sin nuestro teléfono sino también cuando nos
quedamos sin batería o no podemos usarlo. Lo que experimentamos cuando suceden
estas situaciones es un miedo irracional, una ansiedad que nos hace querer
utilizarlo de inmediato. Algunos estudios apuntan que el 53% de los españoles
sufren de ansiedad o miedo si se olvidan el teléfono móvil en casa.
Esto que estamos relatando es una
adicción, una dependencia, que está desembocando en que las personas cada vez
se comuniquen menos de manera convencional y se sienten más cómodos
comunicándose a través de sus smartphones.
Los síntomas que se sienten son
taquicardias, ansiedad, nos empieza a doler el estómago y no podemos olvidarnos
de que no podemos consultarlo.
Si crees que tienes este problema
puedes intentar solucionarlo tú sólo sin tener que recurrir a un especialista.
Lo importante es que te acostumbres a estar sin consultar continuamente el
móvil y sin tener siempre a mano. Para conseguir esto vamos a intentar en
primer lugar estar cada día sin el móvil durante un periodo de tiempo reducido
por ejemplo 15 o 30 minutos sin consultarlo, es importante que no lo tengamos a
la vista ya que muchos smartphones nos avisan mediante una luz cuando hemos
recibido alguna notificación. Cuando hayamos conseguido esto durante un periodo
aproximado de una semana vamos a intentar aumentar el tiempo al doble. Tras una
semana consiguiendo esto el siguiente paso es salir de casa sin el móvil. Esto
es una tarea compleja que puede que nos cueste tiempo conseguirlo, en el caso
de un día no conseguir el objetivo pondremos el contador a cero, es decir,
empezaremos otra vez los siete días que tenemos que estar sin consultar el
móvil durante el tiempo que nos toque (primer periodo 15-30 min, segundo
periodo 30-60 min)
Esto es un entrenamiento sencillo
para gente que no es muy dependiente al móvil, si no es tu caso puede que
tengas que recurrir a un especialista ya que poco a poco puede ir en aumento
hasta que el malestar en los momentos que no puedas usar el móvil sea muy elevado.
En el caso de los adolescentes o
niños que tienen teléfono móvil hay que evitar que desarrollen esta
dependencia. Lo que yo recomiendo como profesional es que usen el teléfono lo
que se considere necesario. Por ejemplo, cuando estén haciendo deberes o
estudiando que lo guarden en un cajón para evitar tentaciones o que no se lo
lleven al colegio ya que durante el tiempo de colegio deben estar estudiando y
atendiendo en clase y no es necesario su teléfono móvil. Para evitar
discusiones sobre el uso de teléfono móvil lo mejor es que acordemos con ellos
cuando se usa y cuando no de manera clara, explicándole el motivo y sin imponer
ninguna condición. Es muy importante que ellos sepan de antemano las normas de
uso de móvil así como que les escuchemos si tienen algo que rebatirnos, no es
necesario entrar en disputas si no mediante el diálogo que comprendan estas
normas pudiendo ser modificadas si ellos nos dan motivos razonables o vemos que
podemos ceder en algo para que acepte otras condiciones.
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